Así empezó todo, en una bonita mañana de paseo con Emilio
Quiso un bache mal puesto, y que estaba pisando fuerte, que la estribera derecha se rompiera por sus anclajes al chasis.
Por supuesto este percance ocurrió en mitad de una carretera desierta.
No me pregunten por qué, pero en la moto llevo siempre un trozo de cable para puentear relés, entre eso y que Emilio es un excelente rastreador de alambres, se pudo hacer un apaño.
Hasta casita intentando no apoyar la pierna, al día siguiente agujetas de caballo en la pierna derecha.
En los días posteriores compré una estribera de la Daytona 650 en un desguace pero resultó que no son compatibles, la devolví y me tocó encargar una original.
Mientras me llegaba monté en la moto la estribera retrasada que usaba en circuito.
Por desgracia la moto empezó a fallar, el motor de arranque no tenía fuerza para arrancar la moto. La batería es lo primero a comprobar, como ya tiene unos años de muy mala vida, la cambio.
Aprovecho para cambiar el relé del motor de arranque que ha fallado algunas veces.
Aún así, la moto seguía fallando, lo siguiente es regulador y alternador. Gracias a Manolo y con la ayuda inestimable del señor Google se pudo probar ambas piezas y el dictamen era claro: alternador muerto.
Un poco chamuscado sí que parece |
Allí dejé el alternador en buenas manos y mientras "ya que me pongo" pues cambié las pastillas traseras, eran las originales de cuando compré la moto
En Calleja compré unas Galfer normalitas para turismo
Y ya que me pongo, el neumático delantero estaba bastante cascado
De paso limpié y engrasé los casquillos del eje.
El siguiente objetivo fueron las pastillas de freno delanteras y el liquido de frenos, se hace en un ratito y la frenada mejora mucho.
Llega la estribera
Lo más engorroso es ajustar el interruptor del freno trasero para que no se encienda demasiado pronto y que no se quede encendido.
El Alternador está terminado. Lo han tenido que bobinar a mano, no les entraba en la máquina que ellos tienen.
Ahora tiene mucho mejor aspecto.
Todo hecho en casa, despacito y con mimo. Ya no me fío nada de que manos extrañas arreglen mi moto. Mientras pueda, intentaré que mi plastiquitos no pase por un taller.
Oscario
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